Si piensas que el Dolby, el DTS, o el THX, es lo último de lo último, y lo mejor en sonido, quizás deberías escuchar el sonido holofónico.
Desarrollado en los 80 por el argentino Hugo Zuccarelli,es un sistema de grabación que utiliza una técnica
de exposición múltiple: se produce mediante la grabación del patrón de
interferencia generado cuando el sonido original grabado se combina con
una señal digital de referencia inaudible. Y es un sistema pensado para
sólo dos altavoces.
El efecto con cabezas de maniquí que tratan de simular las condiciones
auditivas de una cabeza humana, usando para ello unos órganos auditivos
artificiales, en los que se colocan los micrófonos, donde deberían
estar los oídos. De esta forma el sonido se graba de una manera
aproximada a como llegaría a los oídos de una persona.
El sonido generado es de un realismo tal que
algunas personas dicen haber olido a fósforo al escuchar el sonido de
una cerilla encendiéndose.
(Es obligatorio escuchar este tipo de sonido con auriculares, sino sería un sonido normal.
A bastante volumen y con los ojos cerrados, el efecto es total).
Aunque la información en Internet es confusa, parece ser que el
descubrimiento de Zucarelli, fue también desarrollado (y patentado) por
Umberto Gabrielle Maggi,
que junto a su hermano Maurizio, crearon en 1983 el “holophone”: un
micrófono especial que era capaz de producir sonidos en tres
dimensiones. El primer álbum grabado con esta técnica fue el “Final
Cut” de Pink Floyd (en el que Maurizio Maggi era el ingeniero de
sonido).
1 comentario:
groso groso huguito
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